Durante el día tocò mucho coche, y en esta ocasión, Gabri conduciría mientras yo dormia y recuperaba algo de sueño.
Eso fue lo que hice durante el día.
Ya, a la tarde llegamos a Merzouga, y nos vamos a dormir a un hotelillo a pie de duna, que es al que siempre voy, y ya conozco incluso a personal que trabaja allí.
Durante la noche, fuimos a prospectar diversas zonas, en busca de la Vibora del arena, ya vista en varios lugares en este viaje, pero siempre ha sido asignatura pendiente en Merzouga, al igual que el pez de arena.
Curiosamente, no aparecieron estos dos reptiles, y sin embargo si otros ofidios menos esperados como la Vibora cornuda, y no solo una, sino dos ejemplares.
Asi que tras varias horas de busqueda, con muchisimo viento, decidimos ir al hotel a descansar, mañana probariamos suerte neuvamente.
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