En un sitio muy cercano a Marrakesh despertamos, habiendo descansado bien, pues la noche no ha sido calurosa.
Rapidamente nos ponemos en ruta para visitar Oukaimeden, un Lago que parece ser, es muy peculiar, a 2800 m.s.n.m, y en un entorno increible. Ademas, era algo que tenía pendiente en Marruecos tras tantas visitas.
Cuando estamos en carretera, la primera en la frente!, una multa por exceso de velocidad, y me enseñan la foto de mi matricula del coche, y la velocidad a la que iba, que era 1 km mas por encima del límite de 60 km/h.
Y tras muchas conversaciones y demas, no podemos arreglarlo de ninguna forma que no sea pagando la multa de 300 dirhams, algo menos de treinta euros.
Pensaba yo ya que me iba a librar este viaje de la multa de turno, de este modo de recaudación tan mal hecho que tiene marruecos, y que casi siempre lo intentar arreglar con sobornos, asi que nada, palante, no nos queda otra.
Cuando llegamos a Oukaimeden, la sensación fue distinta a la que esperaba, no era un sitio tal "idílico", los alrededores si, pero el Lago en sí es una presa, y esta rodeada de gente que malvive en unas "casas" por decirlo de alguna manera, dentro de la propia roca de la montaña.
Muchos niños se acercan al coche y piden dinero, boligrafos, caramelos, una de las miserias de Marruecos, los olvidados por su régimen, que son muchísimos, la mayoría diria yo.
Tambien hay muchos hombres que se acercan a venderte artesanía marroqui y demas cosas, esta es la zona que visitan los turistas, asi que tras dar una pequeña vuelta por el Lago, cogemos de nuevo el coche y nos alejamos al interior de la montaña.
Ya en el interior, la sensación es otra. La montaña esta salpicada con pequeñas construcciones donde viven los pastores y sus familias, que son muchas, y es allí donde parariamos para hacer un bicheo y echar el día.
Los pastores y niños se acercan con curiosidad oa ver que estamos haciendo, y casi siempre que le decimos que estamos buscando serpientes, reaccionan con cara de extrañados, de no entender que hacemos allí, y normal, 3 locos en un desierto cogiendo serpientes y haciendo fotos, para ellos es incomprensible.
Estamos rodeados de un paisaje que abruma, y buscando animales. ¿Se puede estar mejor?, jejeje
Al final, el día se nos dio bastante bien, pudimos ver el principal objetivo de este destino, que era la Vipera monticola, o vibora enana del Atlas, y ademas 2 individuos. Y no solo eso, tambien otros varios reptiles que aún no habia visto, asi que aunque fue un día muy duro de busqueda, muchas horas, calor y sin comer absolutamente nada, acabamos muy satisfechos.
Llego la hora de despedirse de los bicheos por Marruecos en este viaje, y nos vamos, como ya he dicho, con pena, pero contentos por todo lo vivido.
Asi que nos dirigimos a Marrakesh, buscamos un hotelillo cerca del aeropuerto, y nos vamos a la Plaza Jenma el Fna, a darnos un banquete de despedida, y asi lo hacemos.
Me despido de Marrakesh, fumandome un puro habano, comprado en Cuba, en una terraza viendo la loca Plaza Jenma el Fna.
Luego prontito para el hotel, tras 3 o 4 noches de pasar frio, calor, y penurias para dormir en la comodidad de una cama, aunque no la he echado de menos estos dias, excepto un día por frio, pero dormir en el campo en la tienda de campaña, se esta convirtiendo para mi, en un placer, mas aun que antes.