martes, 24 de noviembre de 2009

La luna y las estrellas como techo.

Pues mira que no tenia claro si irme el mismo Viernes o esperar al Sabado, pero al final, mochila en coche, tienda de campaña,saquito de dormir, un par de mantas, que ahora ya empieza a apretar el frio.
Y es que llevaba una semana de mucho estres y cansancio del trabajo, y no sabía si iba a tener fuerzas para aguantar todo el fin de semana en una tienda de campaña, porque todavia tengo algo tocada la espalda, y estaba tan tenso, que pensaba que lo que necesitaba era descansar en mi casa.
Pero no, lo mejor que pude hacer, la mochila y al campo.
Sobre las 22:30 de la noche, llego a un pueblecito serrano, y paro a tomar una cerveza en el bar del pueblo, donde se encuentran los tres o cuatro habitantes del mismo, y se quedan mirandome extrañados, como diciendo..."¿este quien es?,¿de donde viene, y a donde irá a estas horas?..
Y es que mas que un pueblo, es una pedania de algun otro pueblo, ya que son solo una 10 casas, y una vieja Iglesia al lado de un pequeño bar.
Nada mas llegar al sitio, me venian a la mente muchos recuerdos de cuando ibamos de acampada, desde los 14 o 15 años, y el pueblo apenas a cambiado, se encuentra parado en el tiempo, y eso es de agradecer.
Termino mi cerveza, y me pongo en marcha a un lugar en el que nunca habia estado, pero donde ya estaban esperandome un par de amigos, Pablo y Jose "el feo", jeje, nosé por que se le quedo ese apodo desde muy pequeño, pero vamos, no es el caso que sea feo, hombre!
Me dejan unas indicaciones hechas a última hora, ya que donde vamos no hay cobertura
( esa cosa que ahora hace que te sientas siempre localizable ), y me dirijo hacia el lugar.
Gracias a las indicaciones y las pistas de mis amigos, consigo llegar..., ellos estan esperando, sin saber si yo iría o no, y se alegran al verme.
Ya estan con brasitas encendidas, y cerveza y presa de cerdo en mano.
Me dispongo a colocar mi tienda y demas enseres, me echan una mano.
Al rato, ya estaba igual...cerveza y lomito en mano, con un cielo despejado e impresionante de techo, y una lumbre, alrededor de la cual conversamos y nos reimos.
Se me paso el tiempo tan rápido, que nos dieron las 7:00 de la mañana alrededor de las brasitas, con las cervezas, buena compañia, una guitarra, y un visitante inesperado, un zorro, el cual se acercaba cada vez mas descaradamente, a ver si podia rascar algo de nuestra pequeña despensa...fue impresionante, estuvimos toda la noche viendolo pasar de un lado a otro, en la mas extrema oscuridad, y cada vez que lo teniamos cerca, simplemente, nos quedabamos mirando, disfrutando como unos niños...
Al día siguiente, despertamos sobre la 13:00, bufff, que tarde, que cansado, que resaca, vamos, estabamos un poco destrozados, pero por fin pude ver el Paisaje que nos envolvia, ya que de noche no podía apreciarlo.



Este paisaje estaba bajo nuestro campamento...increible...
Psamos al final un día bastante tranquilo, y no recuerdo bien a que hora...escuchamos un coche y nos extraño mucho, ¿quien estaba alli?, pues simplemente Javi, otro amigo que se sumo a la tarde serrana.
No sabia bien si quedarse, pero poco a poco, entre charla, comida hecha con una piedra de pizarra del campo sobre las brasas (que buen invento este ), alguna que otra cerveza, pues acabo sucumbiendo al encanto de la Sierra de noche.
Pero esta noche era distinta, no quiero decir mejor, ni peor, era simplemente distinta, porque estabamos tan cansados, que no tardamos en irnos a las tiendas, ademas habia comenzado a llover, y era algo que estabamos deseando, pero que no nos dejaba tanta libertad de estar mucho tiempo, pues hacia tambien frio, y teniamos la ropa empapada.

Al día siguiente, despierto el primero, y cuando me salgo de la tienda...,sorpresa!, nuestra pequeña despensa habia sido debalijada, no del todo, pero bastante revuelta.
Nuestro visitante zorruno, hizo aparición mientras dormiamos, y arramplo con todo lo que pudo.
Cuando despiertan mis amigos, dicen que se habian tenido que levantar, a asustarlo, porque estaba todo el timpo revolviendo las bolsas, y no les dejaba dormir, jeje.
Ni como mucho nos sentó mal, al contrario, que bonito tener animales salvajes campando a nuestro alrededor!, puesto allí, quien eran los forasteros eramos nosotros, no él, ese era su territorio.
El día está perfecto, despejado y una luz preciosa, ademas, nosotros descansados para aprovechar el día. Por lo que no tardamos mucho en dejar todo recogido, y ponernos en marcha.



Yo, decido bajar el río, y mis amigos subirlo, por lo que estaremos un rato separados. En el campo, me gusta estar con mis amigos, pero tambien, encontrarme yo solo, e ir sin ninguna prisa, a mi ritmo, haciendo fotos, viendo tal bicho, tirandome en un prado a hechar un cigarrito, y todo eso es mas complicado, cuando van varias personas, las cuales cada uno quiere hacer cosas distintas.



Así que al cabo del rato nos volvimos encontrar en el punto de encuentro, y nos asamos nuestras últimas verduras a la pizarra, que estaban deliciosas.
Al final, que dijimos de irnos temprano para descansar en nuestras casas antes de volver a la rutina del trabajo, pues alargamos la estancia unas horas.



Pero ahora sí, llego la hora de marchar, y nos montamos en los coches, parando al final del camino que une con la carretera, para despedirnos.
Atras quedaba un fin de semana muy bueno en la Sierra, y llegando a Sevilla capital, con sus prisas, sus atascos, la monotonia del trabajo ...etc, me invadia la sensación de nostalgia, y todavia, no habian pasado ni tres horas.
Pero seguro, en breve, volveremos a tener como tejado la luna y las estrellas, y como paredes los arboles, las rocas y el agua, y en vez de escuchar el trafico nocturno, escucharemos la brisa del viento agitando los árboles, el río que no cesa su avance en toda su vida, y algun que otro amigo inesperado de la noche, que quiera hacernos saber que estamos en su territorio, no en el nuestro.

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